Si algo me ha enseñado el pádel es que las victorias siempre tienen un valor y es el valor que te das a ti mismo incluso en situaciones difíciles. Pierdes y ganas y esto determina el horizonte de tu vida.
Me gusta pensar que detrás de una serie de desafíos está el sentido de mi camino. Por cada compañero y por cada adversario que he visto hay un reflejo del hombre que afronta cada carrera con coherencia con sus propios principios.
El pádel te hace crecer. Cada hombre, cada mujer.